Blayne Edwards - Caine, novelas romanticas
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//-->Caine de Blayne EdwardseLLLoras.TraduccionesCAINEDeBLAYNE EDWARDS1Caine de Blayne EdwardseLLLoras.TraduccionesLIBRO 1º EN LA SERIE PRIMITIVA SEDUCTIONCAINE DE BLAYNE EDWARDSElla era fértil. Y Caine necesita a una loba en celo. Como un hombre lobo yademás alfa, Caine sabe que es su responsabilidad engendrar la siguientegeneración de cachorros para el futuro de la especie. El animal que resideen él puede oler a una hembra cuando esta en celo y no tiene que sentirremordimientos para montarla con o sin su consentimiento. El hombre quehay en él, sin embargo, es renuente a hacerlo. A la Dra. Chloe Evans la hanconvencido para introducir una nueva especie de lobo gris en las montañasamericanas donde ha crecido. También espera estudiar algunas de lasleyendas de una especie de híbridos lobo que supuestamente una vezvivieron con los Apalaches. Estos animales poseyeron, emociones muyfuertes, tiernas, humanas e inteligentes, y además eran brutales, con susinstintos y necesidades físicas muy desarrolladas. A estos animales lesgustaba que ella los estudiara. A Los Animales les Gustaba Damon Caine.Nota de eLLLoras.Traducciones"Material para mayores de edad."2Caine de Blayne EdwardsCapítulo UnoeLLLoras.TraduccionesTres de ellos…Chloe Evans escuchó como aparecían las palabras en su mente,mientras colocaba la sabana para intentar ocultar todo lo posible su pieldesnuda a la media docena de ojos masculinos que se acercaban a ella.¿Hermanos?Seguramente.Lo decidió al estudiar a las magnificas criaturas masculinas querodeaban su cama. Cada uno de ellos de pelo negro azabachado. Con sólidosy musculosos cuerpos. Con penetrantes ojos azules que parecieronempezar a degustar su carne sin necesidad de emplear sus dientes,lenguas o labios. Al ver esto, un escalofrió de placer se deslizó por suespalda. Chloe siempre había querido vivir un momento así. Admitió que noestaba segura de ser lo bastante mujer como para enfrentarse a tantosmachos adultos al mismo tiempo. Y nunca había tenido el inesperado placerde encontrar tantos de ellos en mitad de la noche, mientras estabadesnuda e inoportunamente desarmada. Pero no era cuestión de hacerse laexigente ante un encuentro tan raro y deseado.Se movió de nuevo, esta vez muy despacio, e intento apartar unpoco ese entusiasmo que había logrado anular su sensatez, para situarsede nuevo y poder examinar mas de cerca al más grande de ellos.El alfa.No necesariamente el mayor del trío, pero probablemente lo era. Ydefinitivamente el macho dominante. Lo sabía por el modo en que los otrosdos montaban guardia, ligeramente al fondo por donde habían venido,simplemente sirviendo de centinelas para su líder. Sus propios apetitostendrían que esperar hasta que el alfa del grupo hubiera obtenido lo queansiaba aquella noche.Que lo más probable fuera…ella.Apenas comenzó a formarse aquel pensamiento aterrador por sumente, cuando sintió el movimiento en el colchón de muelles y como estese hundía ante el gran peso que, efectivamente, poseía el alfa. El miedo3Caine de Blayne EdwardseLLLoras.Traduccionesante el hecho de siquiera soltar el aliento, la mantuvo silenciosa, a pesarde que su garganta pidiera con ganas liberar un grito.Tragó el nudo que se le formó en la garganta, de aproximadamenteun puño, e intentó no parpadear o hacer ningún movimiento repentino quepudiera servir para enfadarlo o provocarlo. Con su absoluto poder paramatar y con su ejército de hermanos igualmente peligrosos, eransuficientes para capturar cualquier número de mujeres u hombres, noimportaba la experiencia que tuvieran con su especie o lo bienintencionados que pudieran ser. Chloe, sola y con su arma al otro lado de lahabitación, no tenia ninguna posibilidad contra ellos.Mantuvo su mirada fija en los ojos de él al moverse sobre ella. Sele sentó encima con una gracia y una agilidad que parecieron casi felinas.Si Chloe no hubiera estado así, hubiera encontrado de risa la ironía deeste pensamiento, “perder el control de su vejiga” asustada por laproximidad de la boca de él a su cuello.Pero nada sobre esta situación era gracioso. Ni siquiera un poquito.De hecho, las dos únicas emociones que podía sentir en ese momento eranuna mezcla del temor y miedo respetuoso, que siempre sentía hacia estascriaturas, y un caso terrible de cólera. Contra si misma.El pequeño trío acaparó su atención cuando observo el camino quehabían seguido para entrar, regañándose silenciosamente por dejar laspuertas de cristales abiertas, pues ese era el camino que habían seguidopara entrar en la habitación. Mientras ella le miraba a él y los hermanosde menor autoridad intercambiaban sus miradas de manera extraña, comocon un dialogo aparente de preguntas y respuestas, recordó lo que su tíosiempre le había dicho sobre los animales que vagaban de noche y lo quepodía suceder si dejaba la puertas abiertas.Murciélagos.Chloe se había imaginado murciélagos volando por su habitacióndurante la noche y esa posibilidad no la había asustado lo suficiente comopara hacerla cerrar las puertas. Hasta había considerado posible que unmapache o una mofeta se aventurasen a entrar si alguno sentía curiosidado estaba lo suficientemente hambriento.Pero esta había sido una noche de febrero tan inusualmentetranquila, que dejó las puertas abiertas para permitir al cálido viento4Caine de Blayne EdwardseLLLoras.Traduccionesmontañés soplar sobre su cuerpo desnudo, mientras dormía; simplementehabía sido demasiado romántico como para que pudiera resistirse.Blah, blah, blah.Chloe elevó sus ojos al cielo ante el mero pensamiento de meterseen una misma frase ella misma y la palabra romance. Para ella, romancesignificaba conseguir atraer a una de esas criaturas, todo lo que fueraposible, hacía si misma. Quizá no en la cama a la una de la mañana, peroeso ahora quedaba fuera de su voluntad. Por lo que a gestos románticos serefiere, las únicas flores que le habían regalado y gustado a Chloe, eranlas que le habían devuelto sus estudiantes después de sus trabajos sobreel campo. Las mismas flores que había estudiado como fuente de comidapara los animales indígenas de la Montañas Apalaches, donde había nacidoy crecido. ¿Y películas románticas? Su película favorita, desde siempre,era un documental que ella misma había escrito y producido sobre las vidasy hábitos de acoplamiento de bestias como la que había comenzado aexaminarla con la parte más sensible de su cuerpo.Él usaba la nariz como su propia herramienta de investigación yademás era su manera de darle la mano. Simultáneamente la identificaba yla saludaba.Y, probablemente, determinaba si era una hembra receptiva deser montada.Estaba tan segura de eso, como de que las puertas estabanabiertas. Estaban en plena estación de acoplamiento y como cualquierzoólogo que se preciara, sabía que este momento, para cualquier especie,crea un estrago en las mentes y cuerpos de todos los machos implicados.La gente, al menos, tiene un conjunto de normas que rigen la manera deencontrar compañeros y comida.Pero la criatura que continuaba con su íntimo examen de ella, noconocía ninguna objeción, ya fuera legal o moral, que pudiera tener sobrelas cosas que le estaba haciendo. No tenía ningún modo de saber que por loque le estaba haciendo, habría sido visto como un criminal, si ella hubierasido capaz de demostrar que era responsable de sus acciones.Este magnifico muchacho solo sabía que tenía hambre y/o quebuscaba una hembra para que continuara su línea hereditaria. Y,lamentablemente, la combinación de esas dos necesidades primarias en él,eran tan naturales y normales como la vida misma y mucho más fuertes5
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